Proyecto en Cazucá Colombia para reducir la diserción escolar
Cazucá Alto es una región de Colombia donde trabaja el Proyecto Justicia y Vida. Tiene una población de más de 63.000 habitantes, compuesta principalmente de trabajadores migratorios o personas desplazadas. Éstos han llegado de varias partes de Colombia en años recientes, principalmente debido a la violencia política o el desplazamiento forzado. Muchas de estas personas viven en extrema pobreza. Sufren de alto desempleo. Reciben poca atención de las autoridades gubernamentales. Cazucá es una región que sufre privaciones, desarrollada sin planeamiento. Los habitantes son ignorados por el Estado.
La migración rural a las ciudades que es el resultado del actual conflicto armado en Colombia ha llevado a la inseguridad, la corrupción, la discriminación social, la violación de los derechos humanos, el abuso de los indígenas y la violencia. Los niños son los más vulnerables. Ellos sufren a medida que gradualmente empeoran las condiciones de vida de sus familias, lo que redunda en bajos ingresos, poca educación y falta de vivienda y tierras.
La región tiene bajos niveles de provisión educacional. Hay una falta de edificios, equipo y programas escolares. Hay también una falta de centros de capacitación profesional informales. En 1999, dos de cada tres niños no tenían absolutamente ninguna educación.
El alto costo que los padres tienen que pagar por la educación de sus niños en Colombia entra en conflicto con la idea de la educación primaria gratuita para todos, promovida por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El estado colombiano no está cumpliendo su compromiso con la educación pública.
Existen elevados índices de deserción escolar. Justicia y Vida llevó a cabo investigaciones dirigadas a niños y padres para averiguar por qué los niños no estaban asistiendo a las pocas escuelas primarias y secundarias. Su razón principal era la falta de dinero para pagar las diversas matrículas.
Justicia y Vida convocó una reunión para discutir lo que podría hacerse para asegurar que los niños recibieran educación el año siguiente.
Primero, recogieron información sobre la situación legal nacional con respecto a los niños que son víctimas de desplazamiento forzado. En segundo lugar, pidieron al Alcalde una copia de los planes de acción para la región del Ministerio para el Desarrollo Social y Educación. Esta información le permitió a Justicia y Vida entender mejor los derechos de los niños desplazados y las obligaciones del estado en lo que se refiere a la educación. Descubrieron que en la ley colombiana, los niños que son víctimas de desplazamiento forzado y los niños de madres solteras deben tener acceso preferencial a la educación.
Luego empezaron a presionar al Ministerio de Educación, pidiéndoles que pagaran por la educación de los niños. Se reunieron con los abogados que trabajan en el Ministerio, haciéndolos conscientes del gran número de niños que no habían podido estudiar. También enviaron una petición al Ministerio de Educación, pidiéndoles que abolieran el pago de matrícula en todos los niveles educacionales para niños que son víctimas de desplazamiento.
Después de un año de cabildear, el Ministerio respondió a la petición y estuvo de acuerdo en pagar todas las matrículas en las instituciones educacionales formales para los niños desplazados. Ahora los niños que son víctimas de desplazamiento forzado y todos los niños de madres solteras a lo largo de la región no tienen que pagar por su educación.
A través de sus esfuerzos, los trabajadores de Justicia y Vida, junto con los facilitadores y voluntarios, tuvieron éxito en reducir los altos números de niños que abandonan la escuela en Cazucá.