Ayudan al empoderamiento de la Mujer mediante micro emprendimientos
FEM Internacional (mujeres empresarias del Mundo) es una ONG con base en Montreal, Canadá. Es un grupo visionario comprometido a estimular el cambio y el desarrollo de jóvenes y mujeres alrededor del mundo.
La visión de Fem International es ayudar a las mujeres, cabeza de familia del mundo a descubrir sus capacidades como empresarias y líderes comunitarias. Combatir la pobreza y alcanzar la superación personal y la de su entorno inmediato.
Romper con el círculo de la pobreza, estimulando el desarrollo comunitario mediante la ayuda a iniciativas micro empresarias locales, que beneficien a las mujeres, a sus familias y a la comunidad en general.
Brindar a las mujeres del mundo las herramientas básicas y el apoyo indispensable para estimular la
autosuficiencia económica mediante la estimulación de la micro empresa.
Fomentar la creatividad del individuo como elemento renovador en una comunidad estimulando principalmente la salud emocional, la confianza y la auto-estima de jóvenes saliendo de la prostitución y explotación infantil.
Fomentar las prácticas del comercio justo al igual que incrementar la implicación civil en los procesos de responsabilidad social de manera que se apoye principalmente a las comunidades en sectores desfavorecidos.
Promover programas de voluntariado local e internacional, como un mecanismo para promover el intercambio cultural que incremente las posibilidades de apoyar comunidades necesitadas.
Pero como nace FEM Internacional?…
Historia de FEM Internacional a través de la experiencia de Lis Suarez, miembro fundador y directora de FEM Internacional.
“FEM Internacional ha sido un proceso de realización personal a través del beneficio de otros y la conexión básica con nuestra sociedad. La idea fue trabajada con pasión, canalizada a través de una extraordinaria experiencia como voluntaria internacional y llevada a la realidad gracias al increíble apoyo de personas que creyeron que es posible ayudar a construir un mundo mejor, donde las jóvenes y las mujeres del mundo tengan una oportunidad para llenar de valor su vida y la de su comunidad. “
Cuando me inscribí como voluntaria internacional, no tenía una idea muy clara del papel que iba a jugar. Tenía la disposición de ayudar de la manera que se necesitara, con la intención de compartir mis conocimientos en programas de entrenamiento micro-empresarial y con el sueno de trabajar con un grupo de mujeres. Me subí al avión, con una sonrisa en la cara y un suspiro en el corazón, sin saber que la experiencia que estaba por vivir cambiaría por siempre el curso de mi vida.
Durante mi experiencia en Tailandia y la India, un cúmulo de circunstancias, me hicieron pensar en la necesidad de modificar la forma en el que las comunidades locales estaban siendo apoyadas, para lograr como era el objetivo inicial, una solución que fuese sostenible en el largo plazo y en continuo beneficio para la organización local.
Primero, me conmovió la convicción que las jóvenes y las mujeres tenían que vivir una vida digna, sin importar su condición de desventaja, su aislamiento y su grado de pobreza.
Segundo, me sorprendió el increíble apoyo que puede traer un voluntario internacional a las iniciativas de desarrollo local. Y la pasión natural con la incentivan a la gente con su energía y su dedicación para contribuir a un mundo mejor.
Tercero, fui testigo presencial de la necesidad de comunidades locales de obtener una instrucción básica de negocios, acorde a sus circunstancias y realidades y en un lenguaje simple y estimulante a la vez.
Gracias a mi propia experiencia como voluntaria internacional y a la experiencia de otros voluntarios internacionales, me di cuenta de la importancia de desarrollar un sistema simple donde se aprovechara al máximo la disposición, conocimiento y pasión de los voluntarios para contribuir con las comunidades locales. Ya que por falta de tiempo, los proyectos quedaban a medio hacer o a la espera a que otro voluntario tomase la iniciativa de continuar. El resultado era un esfuerzo esporádico, que se perdía en buenas intenciones, que no podía ser mantenido y prolongado por la falta de existencia de un sistema de seguimiento que lo hiciera posible.
Con este contexto y la profunda convicción que los cambios se generan localmente por la necesidad, pero que deben ser entendidos y estructurados en un sistema que sea auto sostenible en el largo plazo, surgió la idea de nuestro modelo de capacitación básica de negocios (BBIP). Después de incansables noches y de varios intentos, el programa fue canalizado a través de otros voluntarios de BBIP con excelentes resultados.
El resto de la historia pasa en Montreal, donde un grupo de emprendedores que comparten la visión de una sociedad más responsable deciden unir sus fuerzas para sacar adelante nuestro proyecto.