Argentina se une para ayudar a los niños con cáncer
De cáncer se habla poco, en especial cuando se trata de los niños. Una enfermedad que despierta temores aunque cada vez son más las posibilidades de curación. Las familias que conviven con esta situación tienen una mejor calidad de vida gracias a la ayuda de organizaciones no gubernamentales.
Para promover su trabajo en conjunto, una fundación de Buenos Aires creó una red entre las asociaciones del país. La experiencia, que comenzó hace unos años y se viene consolidando, lleva a que las entidades se vuelvan más fuertes y eficientes. De la misma participan grupos rosarinos.
Se trata de la Fundación Natalí Dafne Flexer, de Capital Federal, presidida por Edith Grynszpancholc, quien el hecho de haber perdido a una hija por la enfermedad la llevó a trabajar por los niños con cáncer. La entidad aspira formar una red interhospitalaria entre los servicios médicos del país con el objetivo de mejorar la atención de quienes padecen la enfermedad.
«Nos comunicamos vía e-mail por dificultades que se nos presentan, como por ejemplo la necesidad de conseguir medicamentos para los pacientes. Además compartimos un encuentro todos los años», cuenta Grynszpancholc, quien recuerda que el 15 de febrero se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil, una buena oportunidad para concientizar a la población acerca de esta problemática.
Uno de los grupos rosarinos que participa de la red es la Fundación Argentina Oncohematológica Pediátrica (Faohp).
«La comunicación entre las asociaciones ayuda a estar más unidos, tener más fuerzas, compartir los logros en la ayuda de los chicos, conocer los avances en relación a la atención del cáncer en otras provincias, pedir ayuda para conseguir recursos y crear lazos de amistad», dice.
Para ella ha mejorado el intercambio entre las asociaciones del país que trabajan en el tema, ya que antes se trabajaba en forma más desorganizada. Aunque, recalca, que hay que seguir ejercitando el trabajo en equipo.
Según la vicepresidenta de Faohp, se habla poco del cáncer infantil y hace falta más conciencia de la población acerca de la problemática, además de seguir trabajando para optimizar cada vez más los diagnósticos. «Cuando un niño sana el mundo está de fiesta, el cáncer infantil es curable en un 70 por ciento», destaca.
El Centro de Apoyo Integral Hemato-Oncológico y Trasplante (Cenaih) de Rosario también forma parte de la red.
«Nos ayudamos entre nosotros, estamos comunicados por e-mail con organizaciones de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, entre otros lugares. Los grupos de pacientes se reúnen periódicamente para llevar todas las inquietudes y necesidades vinculadas con la enfermedad», cuenta el secretario del Cenaih, Luis Felipe Krier.
Red médica. Con la integración de la red interhospitalaria la fundación porteña busca garantizar una mejor atención a los pacientes. Y con ese propósito donaron computadoras a 17 servicios de oncología pediátrica a nivel público de distintas provincias del país. «Muchos no la tenían. Buscamos que todas las provincias estén conectadas con el hospital de pediatría Juan Garrahan (un centro de referencia), además de que puedan compartir información entre los especialistas», dice Grynszpancholc.
En la red se comparten los datos y se analiza cómo los pacientes responden ante determinada medicación, lo que contribuye a retener a los chicos en sus provincias de origen. Así se evitan los viajes a otros lugares de atención, se mantienen los vínculos afectivos, y se ahorra en pasajes y estadías.
Articulación. Según contaron integrantes del Cenaih, desde la salud pública de la provincia de Santa Fe promueven la articulación de la asistencia entre los efectores provinciales, en coordinación con los municipales. Y buscan que la atención de los chicos con cáncer se canalice con los recursos de la provincia y sólo ocasionalmente deban recurrir a otros centros de Capital Federal y Gran Buenos Aires.
En los últimos años ha mejorado la atención de los niños con cáncer en el país. «En Argentina estamos bastante bien, hay muchos recursos en salud pública y se llega más temprano que antes al tratamiento. Aunque todavía falta información de la enfermedad y sigue habiendo algunas demoras en el acceso a la terapéutica», concluye Grynszpancholc.